El
alba del cristianismo
Para empezar
con la Historia del Cristianismo, es necesario hacer un corto repaso de
Historia Universal, para poner en su contexto el tiempo y el lugar del
nacimiento de Jesucristo y del Cristianismo.
Hace más de 2000
años, en el amanecer de la era cristiana, los principales centros de
civilización y del saber humano estaban situados en cuatro regiones de la
Tierra: El Mediterráneo, Mesopotamia, la
India y China.
De estas
regiones del mundo antiguo, sin duda la cuenca del mar Mediterráneo fue la
región de mayor riqueza y variedad cultural, donde florecieron las culturas egipcia,
griega, romana y otras civilizaciones. Fue en el Mediterráneo donde se desarrolló el Imperio
que dejó la huella mas profunda que ha
dejado nación alguna en la Historia, el Imperio Romano. Y fue en el seno
de este Imperio donde apareció y se desarrolló
el cristianismo.
Lo que hoy
llamamos el mundo occidental y las
actuales naciones en las cuales el cristianismo es la principal religión, tienen su cuna en la
civilización grecorromana y en el Imperio Romano. Con el paso de los siglos, la
civilización occidental fue la que tuvo mayor empuje y fuerza expansiva, hasta
el punto de que hoy en día su cultura y su influencia llegan al planeta entero.
Mirando en retrospectiva los hechos anteriores, tal vez no sea temerario
afirmar que difícilmente se hubiera podido escoger un lugar o un tiempo mejor,
para sembrar las semillas de un
movimiento espiritual que en un futuro hiciera llegar su mensaje a todo el
planeta y a toda la humanidad.
La ciudad de
Roma fue fundada, según la leyenda, en el año 753 a.C. Sus habitantes, los
romanos, trataron de crear un gobierno eficiente, se libraron de sus reyes y crearon una república. Roma
inicialmente fue una ciudad - estado
rodeada de pueblos hostiles. Con el paso de los siglos y gracias a su
eficiente organización militar, los romanos fueron ampliando su dominación
sobre las regiones circundantes, y en la época en que su ciudad tenía cinco
siglos de antigüedad, lograron la dominación de toda la península italiana.
Roma se transformó entonces en una potencia
naval y se enfrentó a otras grandes naciones del mundo mediterráneo, y aunque
sufrió derrotas, siempre logró la
victoria final. En el siglo II a.C. ya era la mayor potencia de todo el
Mediterráneo.
En el siglo I
a.C., Roma derrotó a sus rivales y extendió su dominio a todo el Mediterráneo,
desde el océano Atlántico hasta el mar Caspio, bajo la dirección de sus
eficientes generales Pompeyo y Julio César. En sus dominios quedó incluida
Grecia, cuya civilización y cultura era muy admirada por los romanos, y Judea, con su capital Jerusalén.
Fuente:
Google – maps of the Roman Empire
Estatua del emperador Augusto |
El reinado de
45 años de Augusto, fue el siglo de oro para el Imperio. Con el Mediterráneo en
paz y el Imperio bien administrado, cayeron los obstáculos que hasta entonces
obstruían el comercio y la difusión de las ideas. Las provincias se
convirtieron en países civilizados y florecientes y sus habitantes pudieron
dedicar más tiempo al pensamiento y al espíritu. Los romanos fueron
fervientes admiradores de la cultura
griega, a la que copiaron e imitaron. La paz permitió que la filosofía, el arte
y la literatura helénica se extendieran por todas las provincias del Imperio, y
en sentido contrario, las religiones y los exóticos cultos de las provincias
orientales invadieron Roma.
Como se verá en más
adelante, el cristianismo evolucionó bajo la influencia del Imperio Romano, y
no se habría expandido y desarrollado como lo hizo si un vasto dominio unido no
hubiese permitido a sus primeros misioneros viajar libremente por muchas
provincias populosas. Con el tiempo, el cristianismo se convirtió en la
religión oficial del Estado Romano y aún hoy, la Iglesia Católica conserva mucho de la atmósfera, la pompa y el lenguaje
del Imperio.
El suceso más destacado
del reinado del Emperador Augusto, hecho que pasó inadvertido en la época, fue
el nacimiento de un anónimo individuo en un rincón del Imperio, en la provincia de Judea.
CAPÍTULO SIGUIENTE: Los judíos
Los capítulos publicados hasta ahora se pueden consultar en el Indice de capítulos publicados.
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